COMPAÑÍA EVA YERBABUENA - Re-fracción (Desde mis ojos)
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- COMPAÑÍA EVA YERBABUENA - Re-fracción (Desde mis ojos)
- 2022-09-10T20:00:00+02:00
- 2022-09-10T23:59:59+02:00
- Dirección escénica: Juan Kruz Díaz de Garaio Esnaola / (Estreno mundial)
Dirección escénica: Juan Kruz Díaz de Garaio Esnaola / (Estreno mundial)
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Ficha Artística
IntérpretesEva Yerbabuena y Juan Kruz Díaz de Garaio Esnaola
Guitarra: Paco Jarana
Cante: Miguel Ortega, Alfredo Tejada y Antonio Gomez “el Turry”
Viola de gamba: Pilar Almalé
Baile y percusión: Jose Manuel Oruco
Percusión: Dani Suárez
Programa
Prólogo: Refracción
Brumas
Mi soleá, otra
Nanas: Ábreme la puerta que vengo cansado
Tangos: Trazo en rojo
Marcha fúnebre: En RM
Seguiriya: Volver
Epílogo: Refracción
Notas
Sinópsis- “Re-fracción (Desde mis ojos)”
Eva y Juan Kruz se descubren en un momento de su vida en el que ambos se abren a preguntas personales e intimas, que atañen a su esencia, desde las que quieren mirar hacia delante.
Cuestiones de identidad (la propia, la proyectada, la adjudicada), de confianza y de abuso, de temporalidad, de deseos, de ruptura y regeneración. Desde donde son, desde lo que son, Eva Yerbabuena y Juan Kruz se ofrecen como superficies refractarias mutuas, al servicio, instrumentos, de la búsqueda del otro. Eva con su baile. Juan Kruz hilando historias tejidas alrededor de la danza. Un momento de comunión.
Biografía
Bailaora, coreógrafa, directora artística
Entre 1959 y 1973, se produce un fenómeno que marcará a toda una generación de españoles: la emigración. 15 años, en los que cerca de cien mil personas de media salían del país. Entre ellos se encuentran dos granadinos de Ogíjares, que viven en Frankfurt, Alemania y que en el verano de 1970 tienene una hija que con sólo 17 días, la situación obliga a que sea llevada al pueblo para ser criada por los abuelos paternos. Esa niña se llama Eva María Garrido, hoy Eva Yerbabuena, y esos abuelos eran Encarna y Luis. Y allí crece la niña que un día se cruzaría con el flamenco.
Ningún historiador dirá que es coincidencia, que dos de los más sabios emperadores romanos, Trajano y Adriano, nacieran en el sur de Andalucía, la misma tierra que vió nacer a Séneca. Pero el “Sur” ya tiene importantes necrópolis neolíticas y megalitos, los asentamientos Íberos que dejarán, la impresionante Dama de Baza, con su pelo negro y sus dos ondas laterales, Séneca, Maimónides, Averroes, cumbres del pensamiento filosófico clásico, islámico y judio, salen de esta misma tierra. Allí desparramaron su sangre germánica los godos, y dejaron su impronta, sobre un subsuelo ya tan fertil, donde lo romano era sólo una capa añadida sobre un suelo ya muy fecundo. Es un andalúz -Lebrija- quién publica en 1492 la primera gramática del castellano -primera de las lenguas romance-.. En Granada, se levanta la Alhambra, esa ciudad que visitó Colón antes de salir al “más allá”, y allí, y no en otro sitio, reposan Isabel y Fernando, los Reyes Católicos.
Ogíjares -antes Ogíjares de arriba y Ogíjares de abajo- está en la Vega de Granada, apenas a 10 Km al sureste de la ciudad, como enfilando ya Sierra Nevada. Por la sangre de Encarna y Luis, corre esa sangre vieja y sabia de una Andalucía que es mito, pero que es “razón” también en las cumbres del pensamiento. Por los alrededores, olivos, alguna encina, pino silvestre, oscojales, lentiscos, acebuches, y un sotobosque en el que prolifera el lentisco, el romero, las jaras, los enebros…
Encarna cría a la niña y engalana la casa, en el día del Corpus, sin llegar a imaginar, que esa nieta, sería un día, la primera mujer el dar el Pregón no ya del Corpus de Ojígares, sino de la mismísima Granada. Va a los pilones a lavar, con el frío de la sierra sobre la espalda. Es amorosa de la forma que se es amorodo apegado a la tierra y la labor. Eva es la niña de sus ojos que pondrá las primeras palabras escritas, en una casa en la que ninguno de los abuelos sabían leer ni escribir. Pero Luís, deja caer sentencias de esa sangre que lo suma todo, lo íbero, lo fenicio, lo romano, lo godo, lo musulmán, lo que vino de América, lo que dá la tierra… como esos bodegones de Sánchez Cotán, que también eligió Granada para despedirse del mundo, que en los que donde franceses y holandeses ponen arreglos florales o frutales de enorme belleza, el pone una berza sublime. Esa esencia de lo español que no es arpegio, que no es foráneo, es la matriz, no flamenca, en la que, sin saberlo, va creciendo uno de los nombres que más profundidad y menos artificio dará al flamenco contemporáneo. Esa es la placenta cuajada donde se cría la niña. Hasta que todo cambia.
Los padres regresan a España. Y Eva, con 8 años, abandona esa solemnidad tan pura de su infancia feliz. Paco y Maricarmen son los padres, pero es un mundo desconocido para Eva la alejan de la esencia en la que ha vivido. Su madre es peluquera, y ella agarra los cepillos para cantar, y jugar a ser artista, Es su tía Encarnita, la que levanta el pájaro “esta niña tiene arte”. Encarnita es la luz, del contraluz, en el que vive Eva. moderna en el mejor sentido de la palabra, no como copia, sino como rasgo auténtico, avanzada a su tiempo, en el corte de pelo, en la forma de vestir, en el maquillaje… La tía Encarnita era distinta a los ojos de la niña que la adora. Sólo 2 años más tarde, cuando Eva tiene sólo 11, se despide de ella y se encuentra, de pronto, con la muerte. La brutalidad de la muerte de la juventud, no hacia la madurez, sino hacia la desaparición, entonces, porque jamás ha dejado de ser una presencia. Como la de su abuela. Desde una fortaleza épica e incomprensible, la abuela conoce otra despedida más brutal, y la tristeza va creciendo de forma natural, como todas las cosas de la vida, como un ajo, o una berza de Cotán, un componente profundo y permanente, en una niña tímida pero jugetona que se evade y aprende a vivir, imaginando.
Pero el deseo de la tía se cumple y Eva, con un esfuerzo familiar inmenso, comienza a dar clases de flamenco. Compra cintas -casettes- de la Paquera de Jeréz, de Rocío Jurado, de María Jimenez, en un eclecticismo que, sin saberlo, va encontrando individualidades que significaban “algo” en algo que podía parecer entretenimiento en algunos casos, pero que era, siempre, rio profundo. La primera escuela está en la cochera de una casas en Ogíjares, Adela -dice el eco-, Una tabla, un cristal -la memiria es traidora-, Paso por Sevilla, con Maruja Limón -2 meses, que fueron dos vidas-, Paco hace milagros para que Eva siga estudiando, Con 11, con 12, los veranos. Calle San Antón, la escuela de las hermanas Berdonet, ¡Pepita!, Autobús, primero con Maricarmen, con la madre, luego ya, sola.
Todo se acelera ya, Un año y medio muy fecundo, “lo pillaba -lo que me gustaba- y adelantaba más de la cuenta”, Una mala experiencia -“una de esas que uno sigue o combate”-.
Formó su propia Compañía en 1998, con tan sólo 28 años. Desde entonces ha coreografiado una docena espectáculos galardonados con diferentes premios.
Eva ha viajado por todo el mundo con su Compañía. Primera compañía de Flamenco invitada a actuar en la Ópera de Sydney, ha actuado también en el Teatro de la Villa de París, en el Sadler’s Wells y el Barbicane de Londres, en el City Center de Nueva York, en la Ópera de Dusseldorf, en el Teatro Municipal de San Pablo… la Opera de Dubai, y en los principales teatros de Estados Unidos, Chile, Nueva Delhi, Lima, Tokyo, Hong Kong, Shangai…
El trabajo de Yerbabuena bebe de las enseñanzas de maestros como: Enrique “El Canastero”, Angustillas “La Mona”, Mariquilla, Mario Maya y Juan García, que le enseñó coreografía y movimiento en Cuba.
Ha realizado apariciones como artista invitada por artistas como Mario Maya, Enrique Morente, Merche Esmerelda, Manolete, Javier Latorre y Joaquin Cortés. En la Bienal de 1999 bailó con Carolyn Carlson, una pieza para la Bienal de Venecia.
En 2001, fue invitada por Pina Bausch -a quien luego la uniría una profunda amistad- a bailar en Wuppertal (Alemania) junto a Mikhail Baryshnikov, Marie-Claude Pietragalla y Ana Laguna. Desde entonces, Eva actuó anualmente en Wuppertal hasta el fallecimiento de la coreógrafa con quien la unía una profunda amistad.
En 1996 hizo su primera aparición en Flamenco Women, un documental dirigido por Mike Figgis. Volvió a trabajar con el director en Hotel (2001).
En 2008 actúo en el Teatro Español, junto a Miguel Poveda y Concha Buika, en la Gala Homenaje a Pedro Almodovar.
En 2010, trabajó con Saura en la película “Flamenco”.
Tras un año de ausencia por su segunda maternidad, Eva Yerbabuena, regresó con diferentes actuaciones en Noviembre de 2012 y tras cerrar el festival de Jerez en 2013 presentó su espectáculo AY! en el X Festival de Flamenco de Londres, al que regresó con Apariencias por cuatro funciones consecutivas en 2017.