JOSÉ MANUEL RAMÍREZ & IRENE GONZÁLEZ - Docere, delectare, movere
- https://www.labienal.com/femas/femas-2021/programacion/actividades-paralelas/beca-obs
- JOSÉ MANUEL RAMÍREZ & IRENE GONZÁLEZ - Docere, delectare, movere
- 2021-03-28T12:00:00+02:00
- 2021-03-28T23:59:59+02:00
- Ganadores de la Beca AAOBS-FeMÀS 2020-2021
Ganadores de la Beca AAOBS-FeMÀS 2020-2021
Precios localidades: 20 € - COMPRA DE ENTRADAS
Ficha Artística
José Manuel Ramírez (ganador de la Beca AAOBS-FeMÀS 2020-2021)
Violonchelo
Irene González (ganadora de la Beca AAOBS-FeMÀS 2020)
Clave
Programa
Docere, delectare, movere: música italiana para cello y clave
Domenico Gabrielli (1651-1690)
Sonata à Violoncello solo con il basso continuo en sol mayor [Ricercari, canzone e sonate per violoncello, Bolonia 1689]
I. Grave
II. Allegro
III. Largo
IV. Prestissimo
Ricercare 1 en sol menor [Ricercari, canzone e sonate per violoncello, Bolonia 1689]
Giovanni Battista Degli Antonii (1636-1698)
Ricercata II [Ricercate sopra il violoncello o clavicembalo, Op. 1, Bolonia 1687]
Francesco Geminiani (1687-1762)
Pièces de clavecin (Londres, 1743): Prélude, lentement [transcripción de la Sonata para violín en re mayor H.85]
Domenico Scarlatti (1685-1757)
Sonata en mi mayor K 135. Allegro
Sonata en fa menor K 69. [Sin indicación de tempo]
Sonata en si bemol mayor K 249. Allegro
Francesco Geminiani
ièces de clavecin (Londres 1743): Tendrement [transcripción de la Sonata para violín en re menor H.88]
Antonio Vivaldi (1678-1741)
Sonata para violonchelo y bajo continuo en la menor RV 43
I. Largo
II. Allegro
III. Largo
IV. Allegro
Notas
Instrumento mestizo nacido en el siglo XVI del cruce entre los bajos de la viola da gamba y del violín, el violonchelo fue introduciéndose lentamente en las partes de bajo continuo a lo largo del siglo XVII, pero no sería hasta el final de esa centuria que empezaron a desarrollarse sus posibilidades como instrumento solista. Fue un boloñés, Domenico Gabrielli, miembro de la capilla de San Petronio y de la célebre Academia Filarmónica de su ciudad natal, quien publicó la primera colección en la que el violonchelo tenía asignado un papel de solista. Fue en 1689, en Módena, y la colección se tituló Ricercare per violoncello solo, aunque el adjetivo no debe ser entendido necesariamente como que las piezas estuvieran pensadas sin el acompañamiento (preceptivo en la época) de un bajo. Los ricercari de Gabrielli son piezas libres, casi improvisadas, a la manera de las canzonas o las fantasías de principios de siglo, al estilo de las que escribió Frescobaldi. La escuela boloñesa de violonchelo incluía también a compositores como Giovanni Battista Vitali, Giuseppe Jacchini o Giovanni Battista Degli Antonii.
Nacido en Lucca, Francesco Geminiani llegó a Londres en 1714 y en Inglaterra desarrolló la mayor parte de su carrera, aunque pasó algunos períodos de residencia en París (y en Dublín, donde murió). Aunque no es seguro de que estudiara con Corelli, Geminiani sabía de la pasión que en Inglaterra había por su compatriota y se presentó como su discípulo, llegando a publicar arreglos de algunas obras de Corelli que tuvieron gran éxito. La obra de Geminiani para el clave solo es reducida y proviene también de arreglos, en este caso hechos de obras propias. La armonía es la típica de los italianos, pero en el espíritu improvisatorio y en los ritmos alienta el espíritu de Louis Couperin.
Muy distinto es el caso de Domenico Scarlatti, famoso por las 555 sonatas que le adjudicó Ralph Kirkpatrick y que escribió durante su larga estancia madrileña. No se ha conservado manuscrito autógrafo de ninguna de ellas y muy pocas fueron publicadas en vida de su autor. La única colección editada por el propio Scarlatti fue la de los famosos treinta Essercizi per Gravicembalo que aparecieron en Londres en 1738 dedicados al rey de Portugal.
La música de Scarlatti nace de la tradición italiana que aprehendió en su juventud, pero se alimenta también de los ritmos y las melodías que conoció en Lisboa, Sevilla y Madrid. La forma de la sonata scarlattiana es simple: se compone casi siempre de un solo movimiento en forma bipartita con una progresión armónica en apariencia sencilla, que va de tónica a dominante para volver a la tónica, pero que el compositor enriquece con la audacia de sus modulaciones (hay sonatas que recorren casi íntegro el círculo de quintas) y la importancia que da al juego ornamental. Algunas sonatas son monotemáticas, otras se basan en el contraste de varios temas de igual importancia y algunas otras se apoyan en un tema principal rodeado de motivos secundarios. La variedad rítmica y la indudable inspiración melódica, capaz de combinar el más sabio manejo de los recursos eruditos con el gracejo del arte popular, han terminado por hacer de sus obras las favoritas de infinidad de clavecinistas y pianistas así como de públicos variopintos.
Es la de Scarlatti una música vivaz, llena de colores y encanto rococó, capaz de crear atmósferas que anuncian con casi dos siglos de adelanto el mundo del impresionismo. Lejos de cualquier atisbo de presunción, el propio compositor presentaba sus Essercizi de 1738 como meros juegos agradables, hechos no para la profundidad didáctica ni para la petulancia interpretativa sino para la felicidad del aficionado: “Lector, ya seas profesor o simple diletante, no esperes encontrar profundas enseñanzas en estas composiciones, sino más bien un ingenioso juego artístico destinado a familiarizarte con la majestad del clave”.
Después del violín, fue el violonchelo el instrumento que Antonio Vivaldi empleó con mayor frecuencia como solista en sus obras instrumentales. Aunque fue en el género del concierto en el que mayor protagonismo prestó al cello, se han conservado nueve sonatas para el instrumento del veneciano. Son obras de datación incierta, aunque probablemente nacidas a mediados de la década de 1720. Todas las piezas comparten una misma estructura en cuatro tiempos en la que convergen la sonata da chiesa y la da camera, pues aunque formalmente los tiempos no llevan títulos ni se basan en esquemas de danza sí que presentan las formas binarias características de las danzas barrocas. Sobre un bajo que funciona como mero soporte armónico, la Sonata en la menor RV 43 juega desde el principio a contrastar los registros medio y grave del violonchelo con una escritura de extraordinaria cantabilidad, que se hace especialmente expresiva en los dos tiempos lentos y de gran dinamismo en los rápidos.
© Pablo J. Vayón
Textos
---
Biografía
José Manuel Ramírez Fernández (Torredonjimeno, Jaén, 1991) inicia sus estudios de violonchelo a los siete años de edad en el Conservatorio Profesional de Música de Jaén. En 2010 comienza los estudios superiores en el Conservatorio Superior de Música “Manuel Castillo” de Sevilla pero los proseguirá y finalizará en el "Victoria Eugenia" de Granada con la profesora María del C. Coronado. Además de haber sido miembro de la Academia de Estudios Orquestales de la Fundación Barenboim-Said, la Orquesta Joven de Andalucía y la Joven Orquesta Nacional de España, ha colaborado con orquestas profesionales como la Orquesta Ciudad de Granada, la Orquesta Filarmónica de Málaga y la Orquestra do Algarve.
Abarcando durante su carrera un variado repertorio, ha formado parte de formaciones camerísticas tales como Proyecto OCNOS (música de los siglos XX y XXI) e Iliber Ensemble (Renacimiento y Barroco). Ha recibido clases del repertorio clásico-romántico de Ángel Luis Quintana, Aldo Mata, Suzana Stefanovic, Elena Cheah, Karine Georgian, Ludwig Quandt, Guillermo Pastrana o Miguel Cariñena. En 2017, tras varios años en contacto con la música antigua, decide formarse con mayor profundidad en la interpretación histórica y comienza a recibir clases de violonchelo barroco de los profesores Mercedes Ruiz (Orquesta Barroca de Sevilla) y Gaetano Nasillo (Curso y Festival de Música Antigua de Daroca). Ha recibido también clases de música de cámara en interpretación historicista de músicos como Enrico Onofri, François Fernández, Manfredo Kraemer, Walter Reiter, Bojan Cicic o Raquel Andueza. Desde 2018 estudia Bachelor of Baroque Cello en el Conservatorio de Ámsterdam con la profesora Viola de Hoog.
Irene González Roldán (Sevilla, 1997) comienza a tocar el clave a los siete años. Después de cursar estudios en Sevilla (Ana Moreno) y Salamanca (Pilar Montoya), se traslada a los Países Bajos a través del programa Erasmus para estudiar en el Real Conservatorio de La Haya con Jacques Ogg y Patrick Ayrton.
Finalmente obtiene su diploma de Bachelor en el Conservatorium van Amsterdam, donde estudia con los profesores Menno van Delft y Kris Verhelst. En septiembre 2020 comienza sus estudios de Máster (clave y bajo continuo) en la Schola Cantorum Basiliensis (Basilea, Suiza) en la clase de Andrea Marcon y Jörg-Andreas Bötticher.
Irene ha recibido en dos ocasiones la beca de la Asociación de Amigos de la Orquesta Barroca de Sevilla para apoyar sus estudios de música antigua en el extranjero. Ha actuado como solista en el Festival de Música Antigua de Sevilla (FEMÁS), así como en el ciclo de conciertos Musae (Duo Meridies), FEMUBA (Albacete) y Otoño Barroco (Sevilla). Irene también ha tocado como solista junto a músicos como Jacques Ogg, Alfredo Bernardini y Eduardo López Banzo. Asimismo, ha participado en varios cursos de especialización, recibiendo consejos de músicos como Pierre Hantaï, Skip Sempé, Bertrand Cuiller, Lars Ulrik Mortensen y muchos otros. Muy interesada en la práctica orquesta y camerística, ha colaborado con agrupaciones como Orquesta Barroca de Sevilla, Seconda Pra!ica y New Collegium.