La prostitución no tiene ninguna defensa
El compromiso del Ayuntamiento de Sevilla con los derechos de las mujeres y la promoción de la igualdad entre mujeres y hombres tiene una larga trayectoria, en la que la erradicación de la prostitución, la trata y otras formas de explotación sexual han formado parte de las principales preocupaciones municipales.
Nuestro Ayuntamiento es pionero en España en llevar a cabo una política pública abolicionista de la prostitución y la explotación sexual, considerando que son instituciones patriarcales que han evolucionado en las sociedades contemporáneas de forma compleja, pero que en cualquier caso, materializan la violencia estructural que se ejerce contra las mujeres, en particular contra aquellas que se enfrentan a contextos socioeconómicos y culturales donde el género, en intersección con otros ejes de desigualdad social, aumenta el riesgo de sufrir esta explotación.
En este sentido, desde el Ayuntamiento se han desarrollado políticas de acción en una triple vertiente: Desarrollando actuaciones orientadas al cambio de actitudes hacia un modelo igualitario de sociedad, puesto que son los estereotipos, las falsas creencias y la ausencia de información precisa sobre el problema entre la población y los diversos actores sociales lo que hace que éste se perpetúe; Mejorando la atención integral y el empoderamiento de las mujeres en contextos de prostitución, trata y otras formas de explotación sexual; Visibilizando la responsabilidad de los prostituidores y explotadores en la existencia de este problema social de primera magnitud.
Precisamente la línea creativa de referencia va dirigido a quienes consumen prostitución y hacen uso del cuerpo de las mujeres como un artículo de consumo, de usar y tirar. Como un juego en el que sólo hay diversión, sin prestar atención a la realidad que hay detrás de esa situación, a la historia de vida de las mujeres explotadas (precariedad, feminización de la pobreza, abuso sexual infantil, vulnerabilidad, etc.) y al arraigo cultural del patriarcado que considera como un derecho de los hombres, el acceso al cuerpo de las mujeres. Por esto también, teniendo en cuenta el público objetivo, en el guión se han utilizado términos futbolísticos (ámbito ampliamente masculinizado) para visibilizar que “la prostitución no tiene ninguna defensa”, interpelando a través de la gráfica a que jueguen limpio, no consumiendo prostitución, haciéndoles ver que se trata “de una forma de explotación y un secuestro de la libertad de las mujeres”. Por eso FAIR PLAY. JUEGA LIMPIO.