Rocío Molina y Rafael Riqueni - Inicio (Uno). Extracto de Trilogía sobre la guitarra
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- Rocío Molina y Rafael Riqueni - Inicio (Uno). Extracto de Trilogía sobre la guitarra
- 2020-09-06T13:00:00+02:00
- 2020-09-06T23:59:59+02:00
Ficha Artística
COMPAÑÍA: ROCÍO MOLINA
ESPECTÁCULO: INICIO (Uno)
Ficha Artística
Idea original, dirección artística y coreografía: Rocío Molina
Música original: Rafael Riqueni
Desarrollo conceptual: Nerea Galán
Dirección de arte: Julia Valencia
Espacio escénico: Antonio Serrano, Julia Valencia, Rocío Molina
Diseño de iluminación: Antonio Serrano
Diseño de sonido: Javier Álvarez
Diseño de vestuario: Julia Valencia
Realización de vestuario: López de Santos
Zapatos: Gallardo Dance
Texto del programa: Nerea Galán
EQUIPO
Rocío Molina: Baile
Rafael Riqueni: Guitarra
Antonio Serrano: Dirección técnica y técnico de iluminación
Javier Álvarez: Sonido
María Agar Martínez: Regiduría
Danza Molina S.L. y El Mandaito Producciones S.L.: Producción
Magdalena Escoriza: Producción de la Compañía
Rocío Molina es artista asociada de Chaillot Théâtre National de la Danse de Paris.
Programa
Más información próximamente.Notas
Desde el estudio profundo de la guitarra, Trilogía aspira a componer en tres pasos un Génesis que preludie la llegada a la estructura elemental del flamenco: encontrar su singularidad en un espacio siempre por explorar que no se ubica en un futuro que se extingue al estrenar su novedad, sino en la profundidad de su presencia, lo cual exige un proceso, más que creador, alquímico, de concentración y extrema depuración, no de adición. Dejar espontáneamente caer en la redoma su sustancia, acrisolar la escena hasta que, limpia, pueda espejar el rostro de la pureza que lo defina. Callar el ruido para recuperar el sonido, silenciar lo sabido para que el movimiento resurja auténtico, vaciar de artificio para que lo esencial recobre el poder de llenar, olvidar lo aprendido para recordar lo presente. Porque esencia significa “lo que es”, lo que ya está.
Inicio (Uno) es el comienzo de este viaje de vuelta al origen del acto creativo. La bailaora, delicadamente sostenida solo por las cuerdas quebradizas de Riqueni, encuentra, por primera vez, por imperativo de equilibrio con la delicadeza, un movimiento que dimana de la extrema atención a la sutileza. En diálogo con la poesía sonora del maestro, metáfora de la lucidez de la ternura, su baile somatiza una respuesta lírica, de acusada sensibilidad, que le revela una organicidad distinta fusionada con una fuerza mayor a las propias fuerzas creativas. Un movimiento entregado a la espontaneidad, recién nacido de ignorar el misterio de la plenitud de la presencia. Tal es el arrobo auspiciado por la escucha plena, que guitarra y movimiento desaparecen en la comunión de las partes de un Todo que aún no ha sido dividido: cabe preguntarse si la música que danzan las manos del maestro nace del cuerpo de la bailaora, así como pertenece aún la vida a su matriz antes de concretarse la madre y su criatura, así como renace naturalmente la grandeza en lo pequeño sin saber su dimensión.
Biografía
Coreógrafa iconoclasta, Rocío Molina ha acuñado un lenguaje propio cimentado en la tradición reinventada de un flamenco que respeta sus esencias y se abraza a las vanguardias. Radicalmente libre, aúna en sus piezas el virtuosismo técnico, la investigación contemporánea y el riesgo conceptual. Sin miedo a tejer alianzas con otras disciplinas y artistas, sus coreografías son acontecimientos escénicos singulares que se nutren de ideas y formas culturales que abarcan desde el cine a la literatura, pasando por la filosofía y la pintura.
Creadora inquieta, Rocío Molina nace en Málaga en 1984. Empieza a bailar a los tres años, con siete esboza sus primeras coreografías, a los diecisiete se gradúa en el Real Conservatorio de Danza de Madrid con matrícula de honor y entra a formar parte del elenco de compañías profesionales con gira internacional.
Cumple veintidós estrenando Entre paredes. Una primera pieza a la que siguen otras creaciones propias que tienen en común una mirada curiosa y transgresora sobre un arte flamenco que huye de los caminos ya transitados: El eterno retorno (2006) Turquesa como el limón (2006), Almario (2007), Por el decir de la gente (2007), Oro viejo (2008), Cuando las piedras vuelen (2009), Vinática (2010), Danzaora y vinática (2011), Afectos (2012) y Bosque Ardora (2014), Caída del Cielo (2016) y Grito Pelao (2018).
Tiene veintiséis años cuando el Ministerio de Cultura le otorga el Premio Nacional de Danza por “su aportación a la renovación del arte flamenco y su versatilidad y fuerza como intérprete capaz de manejar con libertad y valentía los más diversos registros”.
Y veintiocho cuando Mikhail Baryshnikov se arrodilla ante ella a las puertas de su camerino del New York City Center, tras la representación con atronador éxito de Oro viejo.
Desde 2014, es artista asociada al Teatro Nacional de Chaillot en Paris dónde estrenó en 2016 Caída del Cielo.
Estrena en el Festival d’Avignon en Julio 2018, Grito Pelao, que dirige junto a la cantante Sílvia Pérez Cruz y Carlos Marquerie.
Bailaora versátil, Rocío Molina es una de las artistas españolas con mayor proyección internacional. Sus obras se han visto en teatros y festivales como el Barbican Center de Londres, el New York City Center, el Esplanade de Singapur, el Festival Tanz Im August de Berlín, el Festival SPAF de Seúl, el Teatro Stanislavsky de Moscú, el Teatro Nacional de Taiwan, el Dansens Hus de Oslo y Estocolmo, el Transamériques de Montreal, el Teatro Nacional de Chaillot en París o el Bunkamura de Tokio ; en teatros o festivales nacionales como El Español o los Teatros del Canal en Madrid, la Bienal de Flamenco o el Teatro Central en Sevilla, el Festival Grec p el Mercat de les Flors en Barcelona, el Cervantes en Málaga, el Festival de Jerez …por citar solo algunos.
A lo largo de su carrera, ha colaborado con grandes figuras del flamenco nacional como María Pagés, Miguel Poveda, Antonio Canales e Israel Galván, y con nombres de la creación artística contemporánea como Carlos Marquerie y Jean Paul Goude. La colaboración con este último se ha desarrollado compartiendo el diseño de un proyecto para la marca Hermes en Shanghái en 2017.
Su búsqueda artística ha sido reconocida con premios dentro y fuera de España - Premio Nacional de Danza (2010), Premio para la mejor bailarina contemporánea (2019) y premio especial (2016) de los Dance National British Awards, Premio Max 2019 (Mejor espectáculo de danza para Grito Pelao), 2017 (Mejor interprete de danza ; Mejor coreografía para Caída del Cielo), y 2015 (mejor coreografía por Bosque Ardora), Premio Giraldillo a la mejor bailaora de la Bienal de Sevilla, Medalla de Oro de Málaga, etc. - y con el aplauso unánime del público y la crítica: Una bailarina superdotada e inteligente (EL MUNDO), Es como la potencia nuclear del interior del átomo (STANDARD), Un talento nato del baile más racial (El PAÍS), Es la pasión encarnada, urgente, casi al rojo vivo, que se apodera del cuerpo y lo mueve, lo traslada, espasmo a espasmo, y lo llena de rabia y de belleza. (LA VANGUARDIA), Una de las mejores bailaoras de flamenco que jamás haya visto (THE NEW YORK TIMES).